viernes, 29 de febrero de 2008

TIERRA DE CAMPOS


"Iglesias como catedrales, castillos como iglesias, palomares célticos, bodegas trogloditas, estrechas calles polvorientas, danzando siempre en torno a la vieja iglesia, nunca en torno a la moderna carretera. Los pueblos parecen alejarse de los caminos. Las plazas están dentro, como la vida. El camino es cosa transitoria y viajera. La iglesia de piedra dura más que las propias viviendas. Los pueblos son demasiado antiguos para asomar sus ventanucos estrechos a la carretera que conduce a Dios sabe que tierras. Los pueblos parecen recordar viejas glorias, pero no recuerdan nada. Están plantados en medio del campo y en ellos, es verdad, vive gente."

JESÚS TORBADO: "Tierra mal bautizada"

JUAN MANUEL DÍAZ CANEJA: "Nube blanca"

martes, 26 de febrero de 2008

LA CASA


ANTONIO COLINAS
El poeta visita la casa donde nació.

Abrasaba la luna el patio, los tejados,
cuando salté la tapia rota y entré en la casa
donde un día atisbé la luz por vez primera.
¡Qué llaga tan tremenda, qué asombro inesperado
para el que espera alivio buscando en el recuerdo!
Cruzaba los pasillos tropezando en los cántaros
oscuros, polvorientos, y crujían los pasos,
y el corazón crujía de horror y de ternura.
Pesaba la honda nota del corazón al ir
penetrando y las lágrimas quedaban contenidas.
Desván para recuerdos sólo era aquel lugar
que el tiempo empapó todo de lluvia y de tristeza.
Salí con el sigilo medroso del que huye.
En no sé qué rincón el pájaro de entonces
desgranaba su queja sobre las ruinas mudas.
Dejó de derramar la luna luz de azufre
y todo el firmamento quedó mudo, tranquilo.
Sobre el cerro los muros sonámbulos del templo
seguían mi escapada con ojos de lechuza.


lunes, 25 de febrero de 2008

CASTELO DOS MOUROS


"Los peñascos espantosos coronados por un convento de techumbre inclinada; los antiguos alcornoques que proyectan las sombras de sus ramajes sobre un precipicio rodeado de matorrales; la turba de los montes ennegrecida por un cielo tórrido; el profundo valle cuyos arbolillos lloran la ausencia del sol; el azul pulido del apacible Océano; los pomos dorados que penden del verde follaje de los naranjos; los torrentes que brincan cayendo desde lo alto de los peñascales; los viñedos cuyos pámpanos trepan sobre las colinas; el sauce que balancea sus ramas al borde de las fuentes, todo contribuye a embellecer y variar este paisaje encantador."

LORD BYRON: "Las peregrinaciones de Childe Harold"


viernes, 22 de febrero de 2008

PARQUE DA PENA



"Cintra es una sierra de vegetación lujuriosa donde se mezcla la magnolia con otras esencias tropicales, venidas de Asia y de América, con los abetos, los robles, las encinas, los pinos montañeses y las hiedras: toda la vegetación romántica que sirvió de decoración a tantos lieder germánicos. Andando por dentro de la sierra de Cintra recuerda uno, sin ningún esfuerzo, la letra y la melodía del Rey de los alisios, la famosa balada en la que colaboraron Goethe y Schubert. No sorprende, pues, que esta selva inundada de cascadillas con aguas chorreantes que se escurren por lechos de musgos y líquenes, calentase ya hace muchos años, la cabeza de un monarca-consorte, un Coburgo, que no la tenía ya muy firme, hasta el punto de haber edificado en lo alto mismo de la sierra, sobre unas rocas que están a unos 500 metros, el Castelo da Pena, la pesadilla más brava de los que soñaban entre 1840 y 1850, cuando la epidemia de desbarrar, mientras se soñaba, era tan corriente. El Parque da Pena, en cambio, sí que es cosa buena, de lo mejor en su clase. Como puede recorrerse en coche, todo, es un paseo que no debe perderse."

GAZIEL: "Portugal lejano"


DAVID ROBERTS: Mezquita del Sultán Hassan


lunes, 18 de febrero de 2008

PALÁCIO DA PENA


"El maestro quedó pasmado. En el vano del arco, como dentro de una pesada moldura de piedra, brillaba, a la rica luz de la tarde, un cuadro maravilloso, de una composición casi fantástica, como la ilustración de una hermosa leyenda de amor caballeresco. En primer término aparecía una explanada desierta y verdeante, salpicada de florecitas amarillas; en el fondo la línea apretada de los árboles cuyos troncos enlazaba la yedra, formando como una muralla de follaje abrillantado, y emergiendo abrupta de aquella espesura, subía en pleno esplendor del día, destacando vigorosamente sobre el fondo azul claro del cielo, la cima airosa de la montaña, toda de color violeta oscuro, coronada por el castillo de la peña, romántico y solitario, con su parque sombrío al pie, la alta torre perdida en el aire y con las cúpulas fulgurando al sol, como si fuesen de oro..."

JOSE MARÍA EÇA DE QUEIROZ: "Los Maia"



jueves, 14 de febrero de 2008

URUEÑA




ANTONIO COLINAS
¿Conocéis el lugar?

¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Creo que es aquí, en este espacio
donde se inventa la infinitud de los amarillos;
un espacio en el centro del centro de Castilla
en el que nuestros cuerpos podrían sanar para siempre
si tus ojos y mis ojos
mirasen estos páramos
con piedad absoluta
y en donde hasta el espíritu suele arrodillarse
para hacernos su ofrenda
en rosales de sangre.
En este espacio hay un fuego blanco
en el que viene a expirar esa música
que nos llega de lejos, ¡de tan lejos!
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Está aquí, en una tierra con más cielo que tierra,
donde los ruiseñores serenan la alameda
y la alameda serena a los ruiseñores,
y con la emanación
húmeda del tomillo más nocturno,
acude un enjambre de estrellas
a venerar la última espina de Cristo.
Es el lugar donde la luz
llora luz,
y la catedral de los cardos
alza su grito de silencio,
y están solas, muy solas, las vírgenes anunciadas,
y el pueblo amurallado y muerto
asciende vivo sobre un horizonte de lágrimas,
no sé si como un salmo
o como una corona de piedras inciertas.
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Está aquí, en el centro del centro de Castilla,
donde por los linderos morados
se tensa, como un arco, la luz;
es un espacio en que la nada es todo
y el todo es la nada,
y en el que junio joven viene por los montes
vertiendo de su copa oro líquido.
Es un lugar en el que el espacio y el tiempo
sólo son una hoguera
que arde y que mantiene su combustión
gracias a nuestras vidas (quiero decir:
gracias a nuestras muertes).
La música que más amáis
aquí tiene su tumba.
Es la música que, a través de la respiración de las espigas,
viene a morir en la luz que respiran nuestros pechos.

JOSÉ S. CARRALERO: Urueña

lunes, 11 de febrero de 2008

IBIZA



ANTONIO COLINAS
El muro blanco.

Estoy sentado frente a un muro blanco:
áspero muro, seco como grito
de cristal, o quizá como nieve
de infancia en el silencio de los páramos.
Un muro blanco, blanco como hueso
calcinado, o quizá como cal viva
que en las tumbas abraza carne blanca.
Y, mirándolo, yo también soy blanco,
pues blanco es el fuego o es la luz
que va y viene en las venas venturosas.
Mientras dure mi luz todo lo blanco
del mundo envolverá la sala, el aire,
las horas de esta casa que es hoguera.
Estoy sentado frente al muro blanco
esperándolo todo y obteniendo
todo de cuanto es nada en su blancura.
El muro que es desierto de mi alma.
El muro que es desierto de la luz.



VICENT FERRER GUASCH

viernes, 8 de febrero de 2008

YEGEN


"Era una aldea pobre, elevada sobre el mar, con un panorama inmenso a su frente. Sus casas grises en forma cúbica de un mellado estilo Corbusier, en rápido descenso por la ladera de la colina y pegadas una a otra, con sus techos de greda, planos, y sus pequeñas chimeneas humeantes sugerían algo construido por insectos. Contaba, asimismo, con abundancia de agua, que fluía a lo largo de la ladera por acequias de riego y descendía a veces a través de las calles y movía un par de molinos."

GERALD BRENAN: "Al sur de Granada"


DORA CARRINGTON: "Gerald Brenan"

miércoles, 6 de febrero de 2008

EL MAR


"Nosotros, los que vivimos desde Fáside a las Columnas de Heracles, habitamos en una minúscula porción, agrupados en torno al mar como hormigas o ranas alrededor de una charca."

PLATÓN: "Fedón"


JAN TOOROP: "El mar"

sábado, 2 de febrero de 2008

DJERBA

"Así que desde allí fuimos arrastrados por fuertes vientos durante nueve días sobre el ponto abundante en peces, y al décimo arribamos a la tierra de los lotófagos, los que comen flores de alimento. Descendimos a tierra, hicimos provisión de agua y al punto mis compañeros tomaron su comida junto a las veloces naves. Cuando nos habíamos hartado de comida y bebida, yo envié delante a algunos compañeros para que fueran a indagar qué clase de hombres, de los que se alimentan de trigo, había en esa región; escogí a dos, y como tercer hombre les envié a un heraldo. Y marcharon enseguida y se encontraron con los lotófagos. Éstos no decidieron matar a nuestros compañeros, sino que les dieron a comer loto, y el que de ellos comía el dulce fruto del loto ya no quería volver a informarnos ni regresar, sino que preferían quedarse allí con los lotófagos, arrancando loto, y olvidándose del regreso. Pero yo los conduje a la fuerza, aunque lloraban, y en las cóncavas naves los arrastré y até bajo los bancos. Después ordené a mis demás leales compañeros que se apresuraran a embarcar en las rápidas naves, no fuera que alguno comiera del loto y se olvidara del regreso. Y rápidamente embarcaron y se sentaron sobre los bancos, y, sentados en fila, batían el canoso mar con los remos."

HOMERO: "Odisea"

Frances Sproson: Loto 2