domingo, 21 de marzo de 2010

TIERRA DE CAMPOS II


"El palomar rústico de Castilla, no sólo decora y amuebla el paisaje: lo calienta. Es una referencia en la inmensidad desolada del páramo. La expansión del palomar por estos pueblos data del siglo XIX, de finales de siglo. Palomares de barro, cuadrados unos, otros rectangulares; los más, redondos como diminutos cosos taurinos. En antigüedad se llevan la palma los de Wamba, del XVIII, y, los más bellos, como conjunto, los de Villavicencio de los Caballeros, diez palomares encaramados en una loma, como un bando de perdices, dominando el llano. La plasticidad del conjunto acrece cuando estos palomares, iluminados por el sol poniente -que arranca de la paja fulgores de oro viejo- se recortan sobre un nubazo negro, de verano."

MIGUEL DELIBES: Castilla habla.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LAGO DE SANABRIA


"Y yo oía las campanadas de la villa que se decía aquí que está sumergida en el lecho del lago -campandas que se dice también se oyen la noche de San Juan- y eran las de la villa sumergida en el lago espiritual de nuestro pueblo; oía la voz de nuestros muertos que en nosotros resucitaban en la comunión de los santos."

MIGUEL DE UNAMUNO: San Manuel Bueno, mártir.

domingo, 14 de marzo de 2010

SAN PANTALEÓN DE LOSA



"Desaparecen la aldea y los caminos. Un único sendero comienza a ascender, entre robles y adormecidos rebaños de ovejas lanudas, hacia la cubierta de la roca vuelta barco. Arena blanca. Márgenes limados por el viento de cada atardecida. Brillo de fuego frío en la bóveda transparente que se apoya en la cima de cada montaña. La subida al otro mundo requiere lentitud, pausas para sentir las formas subterráneas que afloran metro a metro, quietud del iris, para llenarse de esa luz interminable sin la cual el espíritu jamás entra en contacto con la Verdad. Poco a poco, la senda gira a la diestra de sí misma, y se diluye en una pradería de eje inverosímil..."


JUAN MANUEL GONZÁLEZ: Vírgenes, masones y visionarios. Rutas iniciáticas y ocultistas.

lunes, 1 de marzo de 2010

MELQUE


“Hoy el aspecto de la obra es rudo, viéndose descantilados los bordes y como ajustada mal la sillería; pero ello es sólo efecto de la corrosión atmosférica, tan intensa en el granito, pues algún paraje, sonde la humedad no ha hecho estragos, muestra juntas sutilísimas y absoluta lisura, tal como en San Pedro de la Nave y en las obras morunas andaluzas, según tradición clásica.”

MANUEL GÓMEZ-MORENO: Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX al XI.



Jose Antonio García Villarrubia