jueves, 19 de agosto de 2010

CONIL DE LA FRONTERA


"La playa era hermosa, el pescado excelente y el pueblo aún se mantenía desconectado de las cochambres turísticas, aunque ya empezaban a cundir los desafueros arquitectónicos, gracias sobre todo a las orgánicas atrocidades de los especuladores surgidos al socaire del llamado «primer plan de desarrollo». Conil era un lugar de amenas historias árabes, primorosamente estampadas en piedras, gestos, hábitos, y desfiguradas con el tiempo por la acción corrosiva de sus nuevos dominadores."

JOSE MANUEL CABALLERO BONALD: La costumbre de vivir.




“Por si no lo he dicho antes, estamos hablando de Conil de la Frontera, un pueblo marinero situado en la región más antigua y más ofendida de occidente: la costa gaditana. El pueblo no es muy grande y, visto de lejos, se asemeja a un brochazo blanco sobre la playa que llaman de los Bateles. Sin embargo, a la noche, recién encendidas las casas, guarda cierto parecido con un belén navideño de los tiempos de Augusto, no haciendo falta que sea época de villancicos para que el milagro acontezca. Ocurre en todas las épocas del año, incluso en las de verano, con sus noches de brisa agradable y sardinita a la plancha, siendo en tan candente estación cuando el Nacimiento puede verse al completo. No faltan ni las luces de mentiras ni las estrellas de purpurina, ni tampoco los camellos ni sus tabernas brillando a lo lejos.”

MONTERO GLEZ: Manteca colorá.

sábado, 14 de agosto de 2010

VEJER DE LA FRONTERA


"Las calles de Vejer, adosadas a las irregularidades del monte y tendidas hacia la cumbre que ocupa la parroquia de El Salvador, definen la saturación de todas las blancuras. El pueblo entero -las paredes y hasta los tejados y las aceras- está tan obsesivamente encalado, que ha llegado a esa situación límite en que el blanco es ya una fulguración cegadora. Hay casas excelentes, de patios hondos y amplias fachadas neoclásicas, y hay casitas deliciosas, de recónditas penumbras y laberíntico trazado: un perfecto maridaje entre Grecia y Marruecos."

JOSE MANUEL CABALLERO BONALD: De la sierra a la mar de Cádiz.



“Cantan las campanas como si mezclaran cal viva con vino de rosas, como si echaran al aire las penas para que se las llevara el viento de Levante, como si agitaran cuentas para que la noche fuera fresca y llevadera. Cantan las campanas de Vejer a todas horas mientras la tarde pasa con sosiego de arriero antiguo, como las calles iluminadas de blanco, que es el color de los que saben enamorar al sol y ahuyentarlo para que no se apasione tanto que lastime. En esto del blanco hay que saber los quites, ahuyentar olores y pestes con caligrafía de enjabelgador, tinta que sabe de sombras y de vanos, de arcos y celosías, de aljibes y anaferas, zaguanes y lebrillos, palmeras y limoneros. Hace tiempo que fui niño pero no se me ha olvidado ni el agua de los pozos ni el vuelo de las cigüeñas, la espadaña de la plaza de la Consolación y el ringorrango de las campanas, el vuelo vertiginoso de las cometas y el dibujo de las veletas. El niño mira al gallo de hojalata, que a veces es gallo de hierro, silueta de cresta, pico y espolones, y recuerda un cuento que le contaron, de sombra, calor y lagarto, con el viento tan calmo que parecía muerto y él todo orejas, bebiendo las palabras como quien bebe vientos. Beber los vientos por las chicas fue otra edad de plata del niño que dejó doblados los pantalones cortos para siempre y empezó a hacer el ganso como si tuviera planta de veleta. Pero a veces vuelve a asomarse a la terraza, a la torre que, como la de la iglesia de Vejer de la Frontera, fue antes alminar, como la iglesia fue mezquita, y a poner, como Fabián, ojos de niño que mira el mar, marinerito, hijo de la veleta que se sube a lo alto de la cal y compra cielos de añil para que cuando crezca sepa de donde viene el viento y que lo importante no es vivir, sino navegar.”

ALFONSO ARMADA: España, de sol a sol.



MANOLO SANLÚCAR: Oración.

miércoles, 4 de agosto de 2010

MEDINA SIDONIA


"Por el aire de Medina-Sidonia flota como una mezcla de resignación y arrogancia materializada en las piedras decrépitas y las paredes bruñidas, en las humildes barandas populares y los ricos herrajes barrocos. Por la parte alta del caserío quedan vestigios del que fue famoso castillo moro, que pasó luego a manos del duque de Medina-Sidonia -cuyos dominios llegaban hasta Huelva- y fue finalmente destruido por orden real."

JOSE MANUEL CABALLERO BONALD: De la sierra a la mar de Cádiz.



“El cerro donde se asienta Medina Sidonia no es más alto que la torre Eiffel. Parece construido sobre el llano de la Janda y del Barbate por ingenieros que manejaban bastante bien la roca con revestimiento de tierra. De estas atalayas hay muchas en España, todas desaforadas y dominadoras; todas con su castillo en la cima, su iglesia, su caserío amurallado. Desde lejos, estos hermanos cíclopes comunican, y Sidonia sólo se digna hablar con Arcos, con Vejer de la Frontera, con Alcalá de los Gazules. Pero el cerro de Medina Sidonia, el más gran señor de esta Andalucía baja, es también el más amable y el que mejor oculta su tradición guerrera. La cuesta es agria. Para escalarla ha de resecarse un poco el motor del coche. Bordea el camino una hoya que recuerda el tajo de Cuenca con sus casas colgadas o enquistadas sobre roca viva; pero ésta es su única apariencia feroz a medida que vamos ganando la pendiente, llegamos a huertos y jardines que dulcifican el gesto del monstruo, y, en suma acabamos por ver que se humaniza, es decir, que es tierra también, como el llano y como nosotros. Vueltas y revueltas, antes de llegar a las murallas, que, si no me equivoco, están enjabegadas para disimular su vejez. Casitas claras, proporcionadas, discretas, como hechas por buenos alarifes que no han estudiado arquitectura; casas solariegas con su escudo de la Reconquista, su reja y su patio andaluz, y desde el primer paso que damos por Medina Sidonia, cuestas, siempre cuestas, hasta llegar al descansillo de la plaza triangular; que debe llamarse –de seguro se llama- plaza de la Constitución.”

LUIS BELLO: Viaje por las escuelas de Andalucía.



JOHN MCLAUGHLIN / AL DI MEOLA / PACO DE LUCÍA: Orient Blue.