lunes, 25 de octubre de 2010

CÁDIZ V


“Desde el mar, Cádiz parece una ciudad de perfil bizantino, una ciudad un poco sumergida, espejeante de cúpulas y minaretes, con un cielo superpoblado de gaviotas, antenas, jarcias y otros efectos navales. A medida que uno se acerca, el color de plata difusa se va enriqueciendo con el malva y el amarillo. No hay tejados, sólo hay pretiles, azoteas que se comunican entre sí formando como otra ciudad aérea por donde una luz absolutamente clásica unifica la tonalidad del agua y del cielo.”

JOSE MANUEL CABALLERO BONALD: De la sierra a la mar de Cádiz.



PACO DE LUCÍA: Entre dos aguas.

jueves, 21 de octubre de 2010

CÁDIZ IV


“Por lo demás, no hay nada que ver en Cádiz: ni monumentos, ni palacios, ni museos; sólo una catedral de bastante mal gusto, eso es todo. Pero lo que la gente va a buscar a Cádiz, como a Nápoles, es ese cielo azul, ese mar azul, ese aire limpio y ese soplo de amor que atraviesa el aire. Por eso Cádiz nos gusta sin saber lo que nos gusta de Cádiz.”

ALEJANDRO DUMAS: De París a Cádiz.

viernes, 15 de octubre de 2010

CÁDIZ III


"Cuando Pafos se derrumbó destruido por el tiempo (¡viejo maldito!, la reina que somete al universo debe ceder también ante ti), los placeres volaron en busca de un clima como aquel tan suave: y Venus, fiel solamente al mar que fue su cuna, la inconstante Venus, se dignó escoger Cádiz, como morada, fijando su culto en la ciudad de los blancos muros; sus misterios se celebran en mil templos; mil altares le han sido consagrados, en los que el fuego divino es atizado sin cesar."

LORD BYRON: Las peregrinaciones de Childe Harold.

domingo, 10 de octubre de 2010

CÁDIZ II


“Algo como ligera angustia, como el peso de una dicha pasada, nos oprime el pecho al respirar su mágica atmósfera. ¿Por dónde vamos caminando? Una calle recta y estricta para nuestro cuerpo solitario se alarga ante el incierto deambular; leves matices claros, no rosa, verde manzana, celeste o blanco perla, sino cambiantes irisaciones nacaradas, espectros de casas, se insinúan a los lados, y al fondo una línea azul alta: el mar: ¿Desorientados ya? De vez en vez una sonriente placilla abandonada con sus árboles; es lo único que al principio parece una indicación, pero que luego es un engaño más. Volvemos los pasos en sentido contrario; los mismos espectros sonrientes de las fachadas, la misma línea azul alta al fondo.”

LUIS CERNUDA: Divagación sobre la Andalucía romántica.

lunes, 4 de octubre de 2010

CÁDIZ I


“No podía cansarme de mirar aquella extraña ciudad. Entornando los ojos la veía como cubierta por un inmenso lienzo. Todas las casas parecen construidas para hacer de ellas un observatorio astronómico. En caso de que el mar inundase la ciudad como en los tiempos antiguos, la población podría recogerse en las azoteas y estar allí a su gusto, salvo el miedo consiguiente.”

EDMUNDO DE AMICIS: España. Viaje durante el reinado de Don Amadeo I de Saboya.